Después de un par de fotos, pude a la tercera conseguir este encuadre fantástico en el que la mujer que supuestamente iría a una fiesta (con sus zapatos rojos y globos azules) se complementaban con los amarillos de la señal y de la papelera. Era un atardecer en el que las sombras también adquirieron un papel protagonista.
Por cierto, esta fotografía consiguió el II PREMIO DE DIAPOSITIVA DE LA REAL SOCIEDAD FOTOGRÁFICA en el año 1988. También fue expuesta en el XXX SALÓN NACIONAL DE FOTOGRAFÍA y publicada en la revista ARTE FOTOGRÁFICO.
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